sábado, 14 de marzo de 2015

Cuenca me gusta!

 
Casas Colgadas, fotos EV
Cuenca, foto de EV
A mediados de febrero empezamos a tener ganas de primavera. El día de San Valentín empieza a calentar un poquito más nuestros corazones con días más largos y la promesa de largas tardes al sol por lo que queremos aprovechar la belleza de los últimos días del invierno y hacer una escapada cerquita de Madrid.
Puente de San Pablo, Cuenca, foto de EV

Elegimos Cuenca, cuyo casco histórico fué declarado Patrimonio Cultural Mundial de la Unesco.
Esta ciudad medieval  a la que llamaban "El Nido de las Aguilas" forma parte de las rocas y del paisaje circundante.

Situada a 167 kilómetros de Madrid en Castilla La Mancha, el viaje en tren de alta velocidad con Renfe no dura ni siquiera una hora por lo que resulta una escapada perfecta para el fin de semana.

Cuenca es una preciosa y pequeña ciudad que nos atrae por su arquitectura tan especial. Una ciudad que parece esculpida en las rocas de las Hoces de los ríos Júcar y Huécar con sus famosas Casas Colgadas suspendidas sobre el río Huécar.

Cuenca tiene una amplia gama de alojamientos para todos los gustos y hemos escogido un precioso edificio del siglo XVII en el corazón del casco histórico, fué monasterio y después colegio para niños cantores, y actualmente la Posada de San José es un exquisito alojamiento que conserva el estilo antiguo y ofrece todas las comodidades modernas junto a unas vistas espectaculares, todo lo que el viajero puede desear.

Empezamos nuestro recorrido en la Plaza Mayor, una plaza rectangular rematada por el Ayuntamiento y sus arcos en la que se encuentra la Catedral de Santa María y San Julián de Cuenca, construída sobre la antigua alcazaba musulmana y uno de los edificios más particulares de la Edad Media. Es una Catedral con dos arcos abiertos y sus vidrieras modernas, una catedral que domina la plaza con su luz y su aspecto imponente.

Plaza de la Catedral, foto de EV
Rodeando la Catedral bajamos por empinados callejones antiguos hacia la salida de la ciudad por un pequeño arco de piedra y nos asomamos para admirar las Casas Colgantes, hoy convertidas en el Museo de Arte Abstracto de Cuenca. Un poco más abajo tenemos el Puente de San Pablo, sobre el río Huécar, un puente de hierro y madera construido en 1902. Llegamos al antiguo convento de San Pablo, hoy transformado en Parador Nacional, y, después de un refresco, nos animamos a hacer la subida del Cerro del Socorro.

Cuenca, foto de EV

Catedral de Cuenca y Plaza Mayor, foto de EV

Vista nocturna, Parador Nacional de Cuenca y Puente de San Pablo, fotografia EV

 
Es un precioso camino entre rocas y con una dura subida al final, pero las impresionantes vistas de Cuenca merecen el esfuerzo. También hemos entrado en calor, ya que hace bastante frío. Después de disfrutar nuestro paseo hemos parado a tomar un café en el Parador Nacional de Cuenca, donde se pueden degustar tapas o los exquisitos platos de la comarca.

Plaza Mayor, fotografia de EV
Visita al Museo de Arte Abstracto y después atravesando la Plaza Mayor hemos ido buscando el río Júcar. Bajamos por la cuesta de las Angustias y nos encontramos preciosos rincones y pequeñas plazuelas llenas de encanto. Caminando junto al río se llega al lugar donde se juntan los dos ríos y comienzan los barrios de la ciudad moderna.

Sin ninguna duda, Cuenca enamora.

Parador Nacional de Cuenca y Hoces del Huécar, fotografía de EV