miércoles, 3 de febrero de 2016

Chinchon me gusta!!

Aprovechar una preciosa mañana de domingo para visitar Chinchón es otra más de las infinitas posibilidades de las que nos gusta disfrutar en los alrededores de Madrid y otra de las excursiones clásicas de los madrileños y de quienes quieran acercarse a la provincia.
Situado tan sólo 45 kilómetros de Madrid el viaje ya merece la pena. En cuanto dejas atrás los edificios y te alejas comienza un bonito paisaje de páramos, vegas y riberas por las que fluye el río Tajuña. Enseguida te encuentras en una comarca agrícola bien cuidada donde predomina el olivo y  la vid, con la que se elabora el famoso anís de Chinchón.

Además de anís, aceite, vino y queso, otro de los productos típicos de Chinchón son los  ajos. Crece en las tierras ricas en tradición agraria y lo cuidan con esmero, por lo que tiene un sabor fuerte, pero con un delicado matiz. Una ristra de ajos se convierte aquí en souvenir y regalo!

Torre del Reloj
Dar un paseo por sus calles te traslada a los años 50.

Es una pequeña comarca agrícola y un bonito pueblo con casas cuidadas y bien conservado. Posee varias antiguas ermitas, un Parador Nacional en el antiguo Monasterio de los Agustinos, un centro de interpretación y museo. 

Tiene una original plaza Mayor catalogada como una de las más bellas del mundo. Lugar de encuentro donde se celebraban las ferias de ganado, el concejo compra unas casas en 1499 para acometer sus reuniones, estableciéndose el Ayuntamiento en el mismo lugar en el que se encuentra en la actualidad.Los edificios de tres plantas tienen 234 balcones de madera denominados claros y pintados en verde. Muchos de estos balcones son ahora terrazas de restaurantes. Es muy agradable comer en el balcón mirando los turistas.
Ha sido utilizada como corral de comedias, juego de cañas, autos sacramentales y celebraciones taurinas. En el año 2008 ha sido declarada la 4ª maravilla de la Comunidad de Madrid.

En Chinchon puedes ver un Goya
También podemos admirar la Torre del Reloj, la Casa de la Cadena, el Teatro Lope de Vega y el Castillo de los Condes de Chinchón, edificado en el siglo XVI por el Conde de Chinchón , Don Diego Fernández Cabrera III. Es de arquitectura renacentista, lo que quiere decir que estaba pensado para evitar el fuego de la artillería enemiga, por lo que era robusto y muy horizontal. Los castillos de las épocas sin artillería son mucho más altos, pues pretendían de esta forma evitar que los asediadores pudieran acceder superando los muros. Fue abandonado en el siglo XVIII tras ser la residencia de los condes y su último uso fue en el siglo pasado, el siglo XX como fábrica de licores.