Al llegar, la sensación era como formar parte de una leyenda, respirar el mismo aire que respiró Aquiles, bañarnos en el mar en el que se perdió Ulises, en la espuma en la que nació Afrodita, y ... pisar el polvo levantado por el Minotauro, yo casi podía sentir su respiración.
La isla más grande de Grecia, y una de las mayores del Mediterráneo, con sus picos nevados levantándose desde el tranquilo Mar Egeo. Era difícil imaginar a Ulises desafiando las tormentas con este mar tan en calma. Qué os puedo decir que no hayáis soñado!
XaniaSala de las Columnas, Knossos |
Me encantó Xania con sus cúpulas blancas al lado del puerto veneciano, hicimos compras en las calles mercado, comimos en el puerto, rodeadas de blanco de espuma y de azul de mar y cielo.
El encantador pueblo de Malia y las maravillosas vistas de Rethymnos nos entusiasmaron, no os lo perdáis.
Recorrimos todo lo que pudimos de la isla, disfrutamos de su encanto mediterráneo arrebatador
y nos deleitamos en las ruinas de Knossos, un palacio mítico, como mítico es todo en Creta.
Heraklión, la capital, nos cautivó por sus calles de mercado, sus plazas, sus restaurantes, y sobre todo, la visita al Museo Arqueológico, con su magnífica colección de arte Minoico, nos trasladó a esa era mágica y mítica de nuestra historia.
Una isla para no perderse, una isla para encontrarse.
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Rethymnos |
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