
Perdernos por sus callejuelas, asomarnos al mar desde sus murallas, buscando el atardecer y la espuma que ruge constantemente en las plazuelas.
Encantadoras tiendas, deliciosos dulces, pequeñas librerías y grupos de gente cantando en escalinatas nos han sorprendido y recomiendo no perderse esta ciudad costera en el norte de Marruecos.
Disfrutamos de cada de sus rincones, de sus llamativas puertas y ventanas, de ese misterio de la luz del atardecer.