Asilah es una preciosísima ciudad amurallada al Atlántico a unos 60 kilómetros de Tánger en la que disfrutar un día de ambiente playero incluso en invierno y de una incomparable visita a su bonita arquitectura y a la luz que inunda esta ciudad.
Perdernos por sus callejuelas, asomarnos al mar desde sus murallas, buscando el atardecer y la espuma que ruge constantemente en las plazuelas.
Encantadoras tiendas, deliciosos dulces, pequeñas librerías y grupos de gente cantando en escalinatas nos han sorprendido y recomiendo no perderse esta ciudad costera en el norte de Marruecos.
Disfrutamos de cada de sus rincones, de sus llamativas puertas y ventanas, de ese misterio de la luz del atardecer.
Perdernos por sus callejuelas, asomarnos al mar desde sus murallas, buscando el atardecer y la espuma que ruge constantemente en las plazuelas.
Encantadoras tiendas, deliciosos dulces, pequeñas librerías y grupos de gente cantando en escalinatas nos han sorprendido y recomiendo no perderse esta ciudad costera en el norte de Marruecos.
Disfrutamos de cada de sus rincones, de sus llamativas puertas y ventanas, de ese misterio de la luz del atardecer.
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